Quedo con unos cuantos colegas en un pub de rock, de los que no quedan: mesa de billar, jukebox que puedes poner los temas que te salgan de AHÍ (gratis), patio pa fumar y comida (cara) guay. Nos tomamos demasiadas birras y como nadie se anima a salir a tope, pues pa casa. Pero resulta que M. ha hecho mermelada esta tarde (porque esta tan desocupada/o como yo) y me regala un tarrito y me voy a casa con mi castaña feliz…
Último metro, dos cambios y línea roja, pa casa… y abro el tarro y me da por ofrecer a to quisqui, y venga meñiques a la mermelada (que esta riquísima, con tropezones, no muy dulce) y venga que si… “es de no se qué” o venga que si… “¡que no!, que es de no se que cuantos” y YO con cara de: “a mi que me cuentas si me la han regalao”… y venga meñiques de niñas borrachas y patapin y patapan y ¡PUN!: un tipo con gafas de ayer, moreno de guiri y dientes perfectos me dice: ¿puedo?... y le digo: ¿pero vas a saber de que es? Y me dice ¿no? Y le digo: pues vale….
Risas, fresas, albaricoque, vayas (bayas?!), frambuesas y risas y nadie sabe de que cojones es la jodida mermelada de M.
- ¿Te das cuenta de que lo que estas haciendo en este vagón de metro es diversión y por tanto es amor? – me suelta el tipo de enfrente, el de los dientes perfectos.
- errl, what?
- Que si tío, que mira, que yo soy reportero de GUERRA y he visto mucha cacota en el Planeta, y lo que tú estas haciendo, AQUÍ y AHORA es diversión y eso implica amor entre gente que no se conoce de nada, gratuitamente, sin más pretensiones
- La mermelada me la han regalado
- ¡Jajaja!
- ….
- Te lo digo en serio macho, me has hecho sentir de puta madre (los dos vamos un poco tocados de birras) en mi propia ciudad. Lo que haces es increíble, ¡eres un tipo genial!. – nos damos las manos pegajosas de la mermelada sin pudor, nos miramos a los ojos y se baja en la siguiente parada, casi me da por llorar.
Las tipas de al lado todavía quieren más mierda, y eso que les dije: ¡la primera gratis, la segunda vez… ya veremos!, pero nada que…“déjame que pille más con carne a ver si saco de qué es” (y es que aquí el dulce les puede).
Todo pinta bien ¿verdad?. ¡No!, el cabrón del reportero sólo ha hecho enturbiar mis pensamientos, devolverme a mis maquinaciones, ¡me cago en la puta mermelada!, ¡como te atreves a conocerme, adorarme un segundo, soltarme eso y bajarte en la siguiente parada, hijodeputa!... Todo iba a ser un viernes más, pero ha acabado mal por culpa de una deliciosa mermelada casera de no se qué.
3 comentarios:
Te sigo desde Murciaquehermosaeresyquecalorquehaceenellajoder, me han dado ganas de comer mermelada despues de leerte. Como va tu busqueda? Cualquier dia de estos te llamo. Miss you
eres grande tio. Me siento un poco de-ti-less, necesito mi dosis!!!!
AY...que bueno...amor, amor y más amor desde un tarro de cristal...
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